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El Sutra Surangama es un Sutra Mahayana que tiene gran importancia en el Zen, el Chan y el Budismo de la Tierra Pura. En este Sutra, a través de la pregunta del Venerado Ananda sobre “los pasos que conducen al Despertar”, el Buda Shakyamuni (vegano) explica las leyes de la causalidad, qué es la ilusión y los caminos hacia la iluminación. Se presentan detalles de la Venerada Bodhisattva Quan Yin (vegana) que expone sobre la Corriente del Sonido Celestial así como la importancia de guardar los preceptos Nobles, que incluyen abstenerse de matar y de comer carne de personas-animales. “Debes saber que aquellos que comen carne […] se hundirán nuevamente en el amargo océano del samsara y no podrán ser mis discípulos. Se matarán y devorarán unos a otros sin cesar; ¿cómo, entonces, podrán escapar de los tres mundos de la existencia?” Sutra Surangama Sección 5: La Iluminación de los Demás Está predicho por el Señor Buda que en la era del fin del Dharma, este será el primer sutra en desaparecer, y también aconseja maneras de proteger a los seres vivos contra el fracaso en esta era. Hoy nos complace presentar selecciones de “La Iluminación de los Demás”, en el Sutra Surangama traducido por Upsaka Lu K’uan Yu, donde el Buda Shakyamuni (vegano) expone lo que se necesita para la protección de los seres vivos contra el fracaso en la era del fin del Dharma. La Iluminación de los Demás “Ananda arregló su túnica, juntó las palmas de sus manos, y se postró con la cabeza a los pies del Buda. Él se regocijó por su buena comprensión de la mente y, para beneficio de las generaciones venideras, se inclinó de nuevo y dijo: ‘¡Oh, Gran Compasivo y Honrado por el Mundo, ahora he despertado a la puerta del Dharma hacia la Budeidad mediante la práctica correcta, sobre la cual ya no tengo más dudas. Siempre he escuchado al Buda hablar de los Bodhisattvas que, antes de su propia liberación, ponen su mente en liberar a otros, y de los Budas que, después de su propia iluminación completa, aparecieron en el mundo para iluminar a los demás. Aunque aún no estoy liberado, ahora hago el voto de liberar a todos los seres vivos en la era del fin del Dharma. ‘Oh, Honrado por el Mundo, las generaciones futuras se alejarán gradualmente del Buda y (se encontrarán con) herejes tan numerosos como los granos de arena del Ganges. Para controlar sus mentes con el fin de entrar en Samadhi, ¿qué deberían hacer para establecer asientos de estudio y aprendizaje (bodhimandala) para mantener alejado al demonio y evitar el fracaso (en su cultivo) de la mente puesta en la iluminación?’ El Buda alabó a Ananda y dijo: ‘Excelente, Ananda, excelente, (es bueno que) preguntes sobre el establecimiento de los bodhimandalas para la protección de los seres vivos contra el fracaso en la era del fin del Dharma. Escucha con atención lo que ahora te digo’. Ananda y la asamblea aguardaron con reverencia la enseñanza (santa). Disciplina y sus Tres Pasos Decisivos: El Buda dijo: ‘Ananda, siempre me has escuchado enseñar sobre la disciplina (vinaya), que consiste en la práctica de tres pasos decisivos, el control de la mente, llamado sila, que conduce a la quietud (dhyana) y de allí a la sabiduría (prajna). A esto se le llama el triple estudio del camino supramundano’. Prohibición contra la carnalidad Ananda, ¿por qué se llama sila al control de la mente? Si todos los seres vivos en los seis mundos de la existencia se abstienen del deseo sexual, no estarán sujetos al continuo ciclo de nacimientos y muertes. Tu práctica del Samadhi debería liberarte de las impurezas, pero estas no pueden ser eliminadas si tu mente lujuriosa no es erradicada. Aun después de que hayas adquirido tal sabiduría, si no logras matar la sensualidad, entonces, cuando se manifieste el dhyana, caerás en el camino de los demonios […]. Estos demonios tienen sus seguidores y se jactan de haber alcanzado el Sendero Supremo. Después de mi nirvana, en la era del fin del Dharma, estos súbditos de Mara se encontrarán por todas partes, fomentarán la sensualidad y se disfrazarán como hombres de buen consejo (kalyanamitras) y harán que los seres vivos caigan en el abismo de la lujuria, perdiendo así el sendero hacia la Bodhi. Debes enseñar a los hombres mundanos que practican el Samadhi a cortar sus mentes lujuriosas desde el principio. Esto se llama la profunda enseñanza del Buda sobre la primera acción decisiva. Por lo tanto, Ananda, si la carnalidad no es erradicada, la práctica del dhyana es como cocer grava para hacer arroz; aunque se hierva por cientos y miles de eones, no será más que grava caliente. ¿Por qué? Porque en lugar de granos de arroz, solo contiene piedras. Si pones tu mente lujuriosa en buscar el fruto profundo de la Budeidad, lo que sea que logres realizar será carnal por naturaleza. Si tu raíz es lujuriosa, tendrás que transmigrar a través de tres caminos desdichados (a los infiernos de fuego, sangre y espadas) de los cuales no escaparás. ¿Cómo, entonces, podrás encontrar el camino para cultivar el nirvana del Tathagata? Debes cortar tanto el cuerpo como la mente sensuales hasta que incluso la misma idea de hacerlo cese; solo entonces podrás esperar buscar la Iluminación del Buda. Esta enseñanza mía es la del Buda, mientras que cualquier otra es la de los demonios malignos (papiyan)”. Prohibición contra matar “Ananda, si los seres vivos en los seis mundos de la existencia dejan de matar, no estarán sujetos al continuo ciclo de nacimientos y muertes. Tu práctica del Samadhi debería liberarte de las impurezas, pero si tu mente asesina no es cortada, estas no podrán ser eliminadas. Puedes adquirir mucha sabiduría, pero si no logras dejar de matar, cuando se manifieste el dhyana, caerás en el camino de los espíritus, en el cual el rango más alto es alcanzado por el poderoso fantasma (preta), el intermedio por los yaksas voladores y los fantasmas principales, y el más bajo por los raksasas ligados a la tierra. Estos tienen seguidores y se jactan de haber alcanzado el Supremo Sendero. Después de mi nirvana, en la era del fin del Dharma, estos fantasmas se encontrarán por todo el mundo, y se jactarán de cómo se alimentan de carne, lo cual los lleva, según ellos, a realizar la Bodhi. Ananda, permito que los bhiksus coman solo cinco tipos de carne pura que son producto de mi poder trascendental de transformación y no del sacrificio animal. Tú, Brahmán, vives en un país donde no crecen verduras porque es demasiado húmedo y caluroso y por toda la grava y la roca. Utilizo mi poder espiritual de compasión para ofrecerles carne ilusoria que satisfaga su apetito. ¿Cómo, entonces, después de mi nirvana, podrán comer la carne de los seres vivos y fingir así ser mis discípulos? Debes saber que aquellos que comen carne, […] no son más que grandes raksasas que, después de esta vida, se hundirán nuevamente en el amargo océano del samsara y no podrán ser mis discípulos. Ellos se matarán y devorarán unos a otros sin cesar; ¿cómo, entonces, podrán escapar de los tres mundos de la existencia? […] Además, debes enseñar a los hombres mundanos que practican el Samadhi a no matar. Esto se llama la profunda enseñanza del Buda sobre la segunda acción decisiva. Por lo tanto, Ananda, si no se detiene el matar, la práctica del dhyana-samadhi es como taparse los oídos mientras se grita con la esperanza de que la gente no oiga la propia voz, o como intentar ocultar algo que ya está expuesto a plena vista”.