Agradecimiento por parte del Rey de la Paz y el Rey de la Victoria parte 6 de 11

Deben realmente ser sinceros mientras recitan. Concentrados mientras construyen y tienen un corazón arrepentido. Arrepentirse humildemente, y creer en que están haciendo cosas buenas. Por respeto a los Santos, los Sabios, los Budas, para recordar a Dios es que construyen templos, construyen iglesias. No es solo para que otras personas lo sepan y pongan su nombre en la placa conmemorativa en el templo o en la iglesia, para que la gente sepa que eres alguien, que eres rico, que eres generosos y haces grandes ofrendas, a Dios o a los Santos y a los Budas. No es el exterior lo que cuenta, es el interior, está en su corazón, en su mente – si eres sincero o no. Pero no importa, cada uno practica lo que quiere. Es un mundo libre, y cualquiera también puede enseñar lo que desee. Pero ustedes son mis llamados discípulos, así que debo decirles lo que está bien y lo que no.

Si hay personas que adoran a las personas-animales, ya sean personas serpientes o ratas, o todo tipo de personas-animales, y les enseñan a hacer eso, e incluso se llaman a sí mismos “Satguru”, se proclaman a sí mismos como un Satguru, entonces no hay nada de “Sat” en ello. “Sat” significa Verdadero. Pero si no adoras a Dios y en su lugar adoras a personas-animales, y además extravías a otros para que practiquen como tú, entonces, lo siento mucho. Entonces no eres “Sat” en absoluto, mucho menos un gurú. Un Satguru es alguien que ha alcanzado el Sat, es decir, que ha llegado a la Verdad suprema, la Verdad verificada. Y un Gurú es alguien que es un Maestro. Pero si no enseñas la Verdad, y tú mismo ni siquiera sabes aún lo que es, entonces no puedes llamarte Satguru; eso es una ofensa para todos los Gurús verdaderos, del pasado, del presente y del futuro.

Así que, por favor, dejen todas esas tonterías. Traten de encontrar a un buen Maestro. Sean humildes. Vayan, búsquenlos, siéntense a Sus pies y escuchen la Verdad que Ellos predican, si son verdaderos. Un Maestro verdadero, por supuesto, es difícil de encontrar. Tienen que confiar en su suerte, en su sinceridad, en su oración humilde a Dios, para que puedan encontrar a una Persona así. Si no saben cómo, entonces oren a los Maestros del pasado o recen a Dios. Rezar a Dios es bueno. Rezar a un Maestro del pasado también es muy importante, muy efectivo.

Uno de mis discípulos monjes, es una persona europea. No quiero decir su país por si resulta demasiado evidente. Él es europeo. Antes, trabajaba afuera – demasiado vino, demasiadas fiestas con gente de su misma edad y juventud, una vida desenfrenada. Y entonces un día, él sufrió de alguna manera en su mente, en su forma de pensar, simplemente ya no pudo más. Él sabía que eso estaba mal. Entonces oró a Paramhansa Yogananda. Y el Maestro ya había dejado este mundo hacía años. Pero él oró a Él con sinceridad, diciendo: “Por favor, rescátame. Por favor, rescátame. No quiero este tipo de vida. Ayúdame”. Y entonces el Maestro Paramhansa Yogananda lo condujo hacia mí. Bueno, yo no supe nada de esto durante años. Quiero decir, no les pregunto mucho a los discípulos sobre sus asuntos privados. Pero pasaron décadas, ya me ha seguido durante muchas décadas. Y recién hace poco me lo contó. Así, de pasada. De lo contrario, nunca lo habría sabido. O sea, mucho tiempo, después de muchas décadas, me lo dijo en una ocasión. Quiero decir, no fue recientemente, como ayer o algo así.

Así que ven, oren a quien sea, cualquiera de ustedes que realmente quiera liberarse de esta vida de sufrimiento, esta vida inestable y esta vida tan, tan caótica. Entonces oren. Oren. No pidan que los Santos los conduzcan hacia mí ni nada por el estilo – solo pidan que ocurra lo que sea bueno para ustedes, incluso a los Santos del pasado. Pero los Santos del pasado más reciente son los mejores, o aquel Santo que haya hecho el voto de salvar a quien ore a Él.

Por ejemplo, como el Buda Amitābha. Él tiene un gran voto así, que quienquiera que Lo invoque, que ore a Él, Él liberará a esa persona. Pero la cuestión es que nosotros también debemos vivir como vivió el Buda. Vivir y dejar vivir a todos los demás, dejar vivir a las personas-animales. No matarlos para comerlos. No participar en ese tipo de acto asesino de matar a las personas-animales solo para llenarse el estómago o por el sabor. Especialmente hoy en día, vivir sin productos de personas-animales, sin sabores ni nada relacionado con eso, ni siquiera una parte, es tan fácil. Los productos veganos están por todas partes, por todas partes.

Bueno, no les digo esto porque quiera hacer publicidad para mi empresa vegana. No, no, la nuestra es una empresa muy pequeña. Solo produce lo suficiente para nosotros. Pero también tenemos que comprar otros productos, porque no hacemos de todo. Hacemos algunas cosas, pero no todo. Ellos producen lo que me obligaron a probar hace años. Pero hoy en día pueden comprar productos veganos de cada empresa. Nosotros hacemos publicidad para todas en nuestra Supreme Master Television. Y todos mis llamados discípulos, no compran solo mis productos. Y yo misma, yo no compro solo mis productos. Compro en cualquier lugar, lo que sea que pueda conseguir.

Porque todas las empresas los hacen de forma maravillosa, estupenda, deliciosa y sabrosa. Y luego, si los pruebas durante un tiempo, te preguntarás por qué alguna vez comiste esa carne de personas-animales chorreando sangre. ¿Por qué harías eso? Eso causa la muerte y la agonía a un ser vivo, que respiraba, apenas hace unas horas o unos días. Te preguntarás por qué hiciste eso. Al menos prueba ser vegano. Prueba todos los productos, mira cuál es tu favorito, y sigue intentándolo. Entonces te acostumbrarás, y ni siquiera querrás mirar la carne de las personas-animales ni pescado ni huevos ni nada más, nuevamente o tal vez si tratas de comerlos de nuevo, puede que vomites o te enfermes.

Antes, yo era vegetariana. No conocía la palabra “vegana”. Muchos monjes comen huevos, beben leche (de personas-animales). Yo apenas podía tomar leche, excepto tal vez leche agria, porque la leche me recordaba a la persona-vaca, y la persona-vaca comía cualquier cosa en el campo. No me sentía limpia. Hay muchas cosas con las que no me siento limpia. O las personas-cerdo, que se revuelcan en su propio excremento y todo eso. Lo vi en la televisión. Pero pensaba que los huevos infértiles… Existen dos tipos, uno es fértil y el otro son huevos infértiles. Así que pensé que comer huevos infértiles estaba bien, porque vi a monjes que los comían.

Pero incluso solo al principio, los primeros meses o algo así… Y luego vomité cuando volví a comer huevos, aunque no los comía todos los días, muy rara vez. Pero uno tiene amigos, y gente aquí y allá, que comen esto y aquello, y tú comes con ellos. Pero nada de carne de personas-animales, por supuesto, solo leche y huevos. Y no podía beber leche de personas-animales, era demasiado… tenía un sabor tan crudo. Eso fue hace mucho tiempo, hace décadas. No ahora. Ni siquiera puedo pensar en eso. No los recuerdo.

Así que si pruebas el veganismo y perseveras por un tiempo, no te gustará ni siquiera pensar en la carne de personas-animales, ni ver carne, huevos, ni personas-pollo o personas-pez. Y ni siquiera querrás pasar cerca de esos mostradores. Te volverás cada vez más puro, y tu compasión será más pura, no estará reprimida. Porque antes, no lo pensabas y seguías comiéndolo. Cuanta más carne de personas-animales comes, más tu compasión se vuelve como reprimida, suprimida. Pero ahora, si dejas toda esa energía asesina que viene de la carne de personas-animales, entonces tu compasión brillará, será más libre para brillar y para hacerse más fuerte. Y amarás más a las personas-animales, amarás más a los seres humanos. Algunas personas dicen que quien ama a las personas-animales también ama más a los demás seres humanos, ama más a su familia y todo eso.

Y, por supuesto, tendrás cada vez más ventajas al ser vegano – tu mente se vuelve más aguda, tu temperamento más gentil. Tu amor crece más, entonces puedes amar todo. Llegas a amar tantas cosas, que ni siquiera quieres arrancar una flor. No quieres desenterrar ningún vegetal silvestre. Cuando caminas por la calle, si ves algún vegetal silvestre, no sientes que puedas arrancarlo y comerlo. Eso me ha pasado desde hace ya mucho tiempo, no solo ahora. Yo no podía… Bueno, cuando ya está hecho, y sé que es un alimento sin sufrimiento… De hecho, hice muchas listas de alimentos sin sufrimiento para que ustedes puedan elegir, si no quieren ni siquiera dañar a las plantas, a las hierbas, a los árboles. Hay algunas plantas, algunos árboles, algunas frutas, verduras, que no sienten dolor, porque Dios los creó de esa manera para que ustedes puedan consumirlos sin sentir culpa.

Por eso Dios dijo: “Yo hice todas las hierbas y frutas hermosas y sabrosas en el campo para ustedes, como su alimento”. Dios también dijo que hizo la hierba, las hierbas y las plantas para que las personas-animales las coman. Vean cuán maravilloso, cuán misericordioso, cuán amoroso es Dios al crear incluso alimentos especiales para especies especiales. Así que hoy en día, solo puedo decir: “Amen a Dios”. Solo puedo amar a Dios. Ni siquiera alabo a Dios. No puedo pensar en nada más que simplemente amar a Dios, porque cada día Dios me trata como a Su propia hija. Incluso ahora que ya soy una con Dios, todavía a veces necesito pedir por alguna ocasión especial, o como permiso para hablar con ustedes.

Y a veces pido demasiado. Dios o el Señor Jesús me dicen: “Tú eres Yo”. Dios dice: “Tú y Yo somos Uno”. No es la primera vez, y no ha sido solo una vez, que me dicen eso, que soy una con Ellos. Así que no necesito pedir permiso todo el tiempo. Pero a veces Dios me dice que, como somos Tres, entonces, de todas formas, si hago algo, también necesito conversarlo. Es como si tuvieras una empresa, o si tienes esposo o esposa, si haces algo para la familia, hablas, lo comentas primero. No porque no tengas permiso, sino porque así es. Pero Ellos son tan amables al decirme: “Somos Uno. No necesitas pedirlo”. Pero los hábitos, yo también tengo el hábito, toda mi vida, de ser respetuosa con Dios, de pedirle a Dios, de orar a Dios. Así que eso aún deja un efecto persistente.

Saber que la paz llegó a Siria, eso me recordó Su felicidad, y también me sentí extra feliz, más feliz que los días antes cuando los dos Reyes no habían venido a agradecerme aún. Pero, por supuesto, en mi corazón e incluso de manera abierta, le dije a Dios que estoy agradecida siempre hacia La Trinidad. Yo misma sola no puedo hacer mucho. Estoy muy, muy orgullosa de tener este honor y privilegio de trabajar como una de Los Tres Más Poderosos. Tengo que seguir recordándome a mí misma también, porque en el mundo físico, hacemos cosas de manera diferente que cuando estamos en el Cielo. Incluso solo en los Cielos Astrales, las cosas son diferentes. Es más fácil que en este mundo. En este mundo, todo el karma está conectado, y muchos mundos diferentes están conectados juntos. Es muy difícil recordar o hacerlo fácilmente sin tener que pensar o considerarlo. Así que siempre tengo que consultar con los Tres Más Poderosos. No hago las cosas por mi cuenta. Incluso cuando como hoy, diré, “Bien, nosotros los Tres disfrutamos de esta comida, y agradezco a todos los involucrados en su elaboración bajo la Gracia de Dios, también en Nombre de Dios. Y también deseo que todos tengan buena comida, suficiente comida en este planeta, todos los seres, quienquiera que necesite algún alimento, que pueda tenerlo, hasta saciarse”.

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